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Conoce más sobre la enfermedad renal en las mascotas

Los riñones son órganos muy importantes, ya que son responsables de una amplia gama de funciones vitales para el organismo como: Filtrar la sangre para eliminar desechos, regular el equilibrio de agua y de electrolitos, y la producción de hormonas que regulan la presión arterial y la producción de glóbulos rojos.

Sin embargo, también son vulnerables a muchos problemas que pueden poner en peligro su salud. Por lo tanto, es importante que conozcas las causas y los signos de la enfermedad renal para mantener a tu mejor amigo sano y feliz.

Causas

En general, la enfermedad renal se divide en causas agudas y crónicas.

En los casos de enfermedad renal aguda, la mascota suele presentar signos graves que aparecen de repente. Estos pueden incluir depresión, vómitos, fiebre, pérdida de apetito y cambios en la cantidad de orina. Será necesario realizar una buena historia clínica y pruebas para encontrar la causa.

Entre las causas más comunes de desarrollo de enfermedad renal aguda se encuentran:

  • Intoxicaciones: Con anticongelantes, insecticidas metales pesados, sobredosis con AINES, uvas, pasas, plantas como lirios y flor de pascua.

  • Infecciones: Causadas por bacterias y virus como, E. coli, Staphylococcus, leptospira, o PIF en caso de gatos

  • Enfermedades secundarias: Como enfermedad urinaria, obstrucción uretral (cálculos), hipotensión, diabetes, tumores, enfermedades autoinmunes,  deshidratación o fallo cardiaco.

Con un diagnóstico y tratamiento rápidos y adecuados, algunas de estas alteraciones renales agudas pueden revertirse, pero si no se tratan a tiempo o de forma adecuada, estos casos pueden evolucionar a insuficiencia renal crónica.

Por su parte, la insuficiencia renal crónica se caracteriza por lesiones irreversibles en el riñón. En la mayoría de los casos, no se espera una mejoría en la función renal una vez que el organismo ha compensado todo lo posible.

Si la insuficiencia renal es prerrenal (causada por una enfermedad que no nace en los riñones, pero que disminuye el flujo sanguíneo al riñón) o posrenal (causada por una acumulación de presión en el sistema urinario a causa de una obstrucción, por ejemplo), estos cambios pueden ser parcialmente reversibles con tratamiento.

La causa exacta de insuficiencia renal crónica es difícil de identificar, pero puede deberse a:

  • Edad avanzada: Los riñones se deterioran con la edad. Es la causa más común en gatos y perros mayores de 10 años.

  • Enfermedad aguda no tratada o enfermedades crónicas secundarias: Estas enfermedades avanzan hasta afectar los riñones y causar un daño irreversible.

  • Predisposición racial: Algunas razas son más propensas a desarrollar esta enfermedad, como los shih tzu, beagle, lhasa apso o westies, y en el caso de los gatos, los abisinios, persas y siameses pueden desarrollarla siendo jóvenes.

La insuficiencia renal crónica no es reversible, pero tiende a ser relativamente estable durante semanas o meses, salvo cambios imprevistos. La función puede deteriorarse progresivamente a lo largo de semanas, meses o años.

Muchas veces, los tutores pasan por alto los primeros signos de insuficiencia renal crónica. Estos incluyen un aumento de leve a moderado de la sed y la micción (polidipsia y poliuria) y una necesidad de orinar durante la noche (nicturia). Otros hallazgos clínicos tempranos comunes son la pérdida de peso variable, el pelo escaso, el letargo y el apetito selectivo. A medida que la enfermedad progresa, aparecen más signos clínicos.

Signos

Las mascotas con enfermedad renal pueden mostrar diversos signos, como aumento de la sed, aumento de la micción, disminución o ausencia total de micción, jadeo y dolor oral. Los tutores también pueden notar sangre en la orina o que su mascota solo orina por la noche.

Las mascotas pueden tener menos apetito, vómitos, letargo, diarrea, pelo seco o dolor. Aunque la enfermedad renal puede desarrollarse en mascotas de cualquier edad, la enfermedad renal crónica es más común en mascotas senior y la aguda es más común en mascotas jóvenes.

Diagnóstico

La enfermedad renal se diagnostica observando cambios en los análisis bioquímicos de la sangre y en los análisis de orina.

La bioquímica sanguínea mide la urea en sangre (BUN), la creatinina y el fósforo. Se trata de productos de desecho que normalmente se eliminan del torrente sanguíneo. Si los riñones no funcionan correctamente y filtran estos productos de desecho, se acumulan en la sangre.

Un análisis de orina también ayudará a diagnosticar el daño renal. La gravedad específica de la orina es una medida de la concentración de la orina y ayudará a determinar si los riñones son capaces de concentrar la orina. Normalmente, los riñones trabajan para mantener las proteínas en la sangre, y un análisis de orina puede servir para ver si están perdiendo proteínas en la orina.

Tu veterinario además puede recomendar radiografías o ultrasonidos para determinar el tamaño y la forma de los riñones. Los riñones pequeños son más frecuentes en las enfermedades renales crónicas, mientras que los grandes pueden indicar un problema agudo o cáncer.

Tratamiento

El tratamiento inicial de la enfermedad renal implica la administración de líquidos intravenosos (IV). Esto lo hace un veterinario para que se puedan administrar las cantidades adecuadas y se pueda monitorizar al animal para que elimine los fluidos apropiados (orina).

El cambio de dieta es un tratamiento importante para la enfermedad renal. A medida que las mascotas se rehidratan, suelen empezar a sentir menos náuseas y se muestran más dispuestas a comer. Si la mascota está dispuesta a comer, debe administrársele una dieta de prescripción específica para cuidado renal. Estas dietas limitan la carga renal y proporcionan al organismo la nutrición necesaria.

La mascota debe tener siempre libre acceso al agua. Privarle de agua por la noche no reducirá su necesidad de orinar durante la noche y, por el contrario, puede provocar deshidratación. Se recomienda controlar la cantidad de agua y comida consumida cada día para asegurarse de que el animal está comiendo y bebiendo cantidades normales. Si no es así, será necesario administrar líquidos adicionales (IV o SQ) para mantener la hidratación.

Si tu mascota continúa teniendo náuseas, pueden recetarse medicamentos para aliviar estos síntomas. También pueden recetarse quelantes del fosfato para reducir el nivel de fósforo en la sangre.

Si tu mascota padece insuficiencia renal aguda, los tratamientos se dirigen a la causa. Por ejemplo, el fomepizol o el etanol se utilizan para tratar la toxicidad por anticongelantes, y los antibióticos se utilizan para tratar la leptospirosis.

Recuperación

Las mascotas con daño renal agudo pueden recuperarse en varias semanas si se identifica la causa y se inicia el tratamiento lo antes posible. Si tu mascota padece una enfermedad renal crónica, la afección puede controlarse, pero no se resuelve. El tratamiento se centra en hacer que tu mascota se sienta mejor y en proporcionarle cambios en la dieta que limiten el estrés adicional sobre los riñones.

Es importante, controlar la ingesta de comida y agua, la micción, la actitud y el nivel de energía de su mascota.

Prevención

No hay forma de prevenir la enfermedad renal crónica. La enfermedad renal aguda puede prevenirse evitando el contacto con agentes infecciosos o tóxicos que puedan causar daño renal.

Recuerda que este texto es solo una guía. El tratamiento solo debe administrarse bajo el consejo de un veterinario que haya examinado a tu mascota.

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